
Carolina tenía 22 años, vivía Santiago del Estero, estaba por irse a Buenos Aires, tenía listo su pasaje con fecha del 21 de febrero, iba a viajar con la esperanza de poder vivir sin el miedo de que su ex la volviera a lastimar.
El lunes por la noche Carolina ya tenía preparada su ropa. Esperanzada de un nuevo comienzo, guardó sus libros, su documento y más pertenencias.
Esa noche Carolina envió un mensaje a su grupo de amigas: «Tengo esperanzas de volver a verlas y compartir una merienda. Esta vez es diferente, voy a ser fuerte y no caer. Gracias”, sin saberlo ese fue el último mensaje que les envió.
Faltaba un día, para poder “escapar” de su destino. Pero no pudo. Lamentablemente su expareja, Matías Loto, la sorprendió en su casa y comenzó a golpearla.
La pegó patadas en la cara, en el estómago, en los brazos y la entrepierna. Luego tomó una sábana y la ahorcó.
Una vez que se aseguró de haberla matado se dio a la fuga.
En la mañana siguiente, Carlos Ledesma el papá de la víctima, la llamó en varias ocasiones.
Al no tener respuesta fue al departamento de víctima, allí la encontró tendida sobre la cama ahorcada con una de las sábanas. De inmediato, llamó a la policía.
El cuerpo de la víctima presentaba patadas en el estómago, las piernas y entrepiernas; y golpes de puño en uno de sus ojos y en la nariz. Además, tenía signos de defensa y material genético debajo de sus uñas, por lo que se deduce que Carolina intentó resistir al ataque luchando contra su agresor.
La autopsia también arrojó que el desencadenante de su muerte fue la opresión en el cuello con la sábana.
📌El asesino aún sigue suelto. Pedimos difusión y que lo encuentren lo antes posible.